Resumen
En años recientes la redefinición de las relaciones entre los pueblos indígenas y el estado nacional en America Latina, basadas en el indigenismo, está al orden del dia. Como parte de ese nuevo debate, el tema de los derechos humanos ha llegado a ser prioritario y, de hecho, el marco de referencia obligado para la discusión. En este articulo el autor muestra como en ese debate resulta significativa la discusión que ha tenido lugar en las Naciones Unidas, en el marco de la construcción de un sistema internacional de protección a los derechos humanos. Esta actividad se caracteriza por diferentes marcos referenciales. Primero el marco de la protección universal de los derechos humanos, más que todo en materia de discriminación racial. El segundo eje está constituido por los trabajos relativos a la protección de minorías. Además ese instrumental internacional contiene un tercer elemento, el derecho de todos los pueblos a la libre determinación. El autor nos recuerda que se procedió a un extenso estudio sobre la discriminación contra poblaciones indígenas a raíz del cual se creó un Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas en el seno de la ONU y se elaboró un proyecto de Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas (DPI). Por otra parte resulta incongruente que en la actualidad sólo el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes adoptado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sea el único instrumento jurídico internacional ya ratificado que se refiere específicamente a los derechos de los pueblos indígenas. Finalmente, el autor nos procura una visión de los esfuerzos en pro de los derechos indígenas en el sistema regional interamericano, cuyos resultados son magros, a pesar del hecho que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA ha preparado también un Proyecto de Declaración Interamericana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Para el autor, el reconocimiento progresivo de los derechos indígenas en el marco del derecho internacional constituye sin duda un paso adelante en la consolidación de los derechos humanos. Las luchas indígenas por sus derechos se inscriben en un largo proceso de democratización y concientización. Lo que le permite de concluir que «más allá de los derechos humanos de los pueblos indígenas, las sociedades nacionales y la comunidad mundial serán más democráticas en la medida en que estos derechos sean reconocidos y respetados».
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